En el pueblo de San Juan Parangaricutiro se encuentra un templo que sigue en pie a pesar de la erupción del volcán Paricutín.
El pueblo fantasma de San Juan Parangaricutiro, en Michoacán, es uno de los más visitados por los viajeros.
Esta se trata de una zona sepultada con los años debido a que estaba cerca del volcán Paricutín.
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Sus edificaciones destruidas, así como sus tierras, se convierten en atractivo llamativo para los visitantes.
Muchos turistas se han interesado en conocer cómo es que el pueblo terminó desolado por el volcán.
El asentamiento se localiza cerca del volcán Paricutín, donde la naturaleza se apoderó del espacio, por lo que se convirtió en un atractivo para la aventura.
La zona se localiza a 29 kilómetros de la ciudad de Uruapan. Para llegar se recomienda ir al poblado de Angahuan.
Historia de San Juan Parangaricutiro
Los especialistas afirman que en el pueblo de San Juan Parangaricutiro nació el volcán Paricutín en 1943.
Además, antes existía otro que desapareció completamente debido a la fuerza del nuevo coloso, lo que hizo recordar a la ciudad de Pompeya.
Por fortuna, cuando se registró la erupción del Paricutín la mayoría de los ciudadanos lograron huir.
Muchos de los habitantes se asentaron en la exhacienda de Los Conejos, en Michoacán.
Tras la erupción solo quedó el Templo del Señor de los Milagros, la iglesia del antiguo pueblo, en pie.
Al respecto, algunos pobladores que vivieron esa tragedia indicaron que vieron cómo la tierra se elevaba para dar paso al volcán de 424 metros desde la base.
“No tronaba nada, nomás se veía ceniza. Cuando ya terminó, nació el volcán. Por eso corrió la gente, por susto. Ni cerraron las casas, nomás agarraron lo que vieron”
Tras nueve días de formarse, el coloso por fin hizo erupción y así fue como sepultó al pueblo.
Los científicos indicaron que el Paricutín es monogenético, es decir, que se activó una sola vez y se terminó apagando.
El nacimiento y erupción del volcán Paricutín
Los testigos indicaron que el 20 de febrero de 1943 a las 16:00 horas muchos estaban trabajando cuando tembló.
Los árboles se agitaron y los animales se movieron rápidamente mientras una grieta se abría en el suelo.
Segundos después se formaron paredes de rocas y el olor a azufre comenzó a predominar en el lugar.
Los habitantes comenzaron a pedir auxilio y apoyo divino al Señor de los Milagros, el santo patrono del poblado.
Además, se recordó que antes el agua había dejado de llegar y por eso había muchos animales cerca.
¿Qué opinas sobre lo que sucedió en el poblado de San Juan Parangaricutiro?
Con información de México Desconocido, My City y City Express
Portada: Especial
Fotos: Especial
